HUIR
poema de OSCAR PORTELA
Huir de mí: en el olvido absoluto del mundo
y en el olvido de la sombra
matar al sol y ya no ser sino
espejismo en las serenas aguas de un arroyo.
Cansado estoy de mi mismo y la palabra mío
en mundo extraño - vasto y ajeno a toda la hermosura
que conturba el vuelo de los vientos – y ajeno ya a la fausta
magnificencia de la piedra, ajeno a todo, odiando símbolos
he imágenes que me hicieran esclavo de la letra – y amando
solo a Cerbero y al denario que conduce de un habitar a la intemperie
al huir de mí mismo, extraño a todo y a los nombres
y símbolos, entregado a la nada y anterior a la nada,
solo flama de un extinguido espíritu, rayo que lo consume
todo, todo, nombres, pasado, memorias del clima,
lunas, jazmines, y el ruiseñor que durante un tiempo
se posó en mi garganta, hoy muda y huida de sí misma,
como yo, ausente de mí, huyendo de mí,
salmodiando solo el aliento del perro de fuego
que se lleva mis restos entre sus fauces
siniestras en el olvido absoluto deste mundo.
poema de OSCAR PORTELA
Huir de mí: en el olvido absoluto del mundo
y en el olvido de la sombra
matar al sol y ya no ser sino
espejismo en las serenas aguas de un arroyo.
Cansado estoy de mi mismo y la palabra mío
en mundo extraño - vasto y ajeno a toda la hermosura
que conturba el vuelo de los vientos – y ajeno ya a la fausta
magnificencia de la piedra, ajeno a todo, odiando símbolos
he imágenes que me hicieran esclavo de la letra – y amando
solo a Cerbero y al denario que conduce de un habitar a la intemperie
al huir de mí mismo, extraño a todo y a los nombres
y símbolos, entregado a la nada y anterior a la nada,
solo flama de un extinguido espíritu, rayo que lo consume
todo, todo, nombres, pasado, memorias del clima,
lunas, jazmines, y el ruiseñor que durante un tiempo
se posó en mi garganta, hoy muda y huida de sí misma,
como yo, ausente de mí, huyendo de mí,
salmodiando solo el aliento del perro de fuego
que se lleva mis restos entre sus fauces
siniestras en el olvido absoluto deste mundo.