Leonardo es Marabino, el día que nació lo vi pasar en una encubadora y estaba lindísimo. El único hijo de mi hermano mayor, estábamos contentos.
Recuerdo las palabras de mi hermano luego de que el pediatra que atendió al bebé le hablara. "Tengo horas de papá y ya estoy preocupado". Nos abrazamos.
Leonardo nació con espina bífida, pero en un grado bajo, aunque tuvo que ser sometido a muchas operaciones en el trascurso de su corta vida. Antes del año abrieron su cabecita para extraer un tumor. Seguidamente han vuelto a aparecer por otras partes del cuerpo y han debido hospitallizarlo para nuevamente operarle. Ha vuelto a aparecer en su cabeza otro tumor.
Leonardo no es un niño con mala suerte. Nadie nace con mala o buena fortuna. Estar en el mundo ya es un logro, y es una bendición que esté. Nadie sabe de donde salió el autismo que le diagnosticaron luego. Nunca hubo en la familia casos de autismo, pero él había llegado y debíamos afrontarlo.
Supe lo que significaba "autismo" realmente. Nadie se preocupa por cosas que no padece, y cuando entró en nuestras vidas tuvimos que aprender mucho.
Leonardo tiene la edad de mi sobrina Camila, los dos fueron creciendo juntos, y mientras Camila aprendía matemáticas en el segundo grado, Leonardo iba a sus clases en Asocenia. A veces mordía a los primos o dañaba sus juguetes. Ellos de algún modo siendo niños también aprendieron que no había malicia en lo que hacía.
Siempre pensé que detrás de un niño excepcional debe haber una madre mucho más excepcional. No quiero profundizar en esto pero creo que mucho faltó. Lo que nunca llegó a faltar fue amor, pues hay que armarse de paciencia para atender a un niño de su condición.
En segundos de descuido acababa con todo lo que estaba a su paso como un vendaval. Todo se lo llevaba a la boca y tampoco controlaba sus esfínteres. A veces ocurrían accidentes con esto, y no sólo se llenaba él, sino la pantalla del televisor, las paredes y lo que estuviera a su paso. Había que tener mucha paciencia.
Hoy, vive en Ciudad del Cabo, y quizás cualdo vuelva a verle ya sea un hombrecito. Pero... se fue sin saber que soy su tía.
Recuerdo las palabras de mi hermano luego de que el pediatra que atendió al bebé le hablara. "Tengo horas de papá y ya estoy preocupado". Nos abrazamos.
Leonardo nació con espina bífida, pero en un grado bajo, aunque tuvo que ser sometido a muchas operaciones en el trascurso de su corta vida. Antes del año abrieron su cabecita para extraer un tumor. Seguidamente han vuelto a aparecer por otras partes del cuerpo y han debido hospitallizarlo para nuevamente operarle. Ha vuelto a aparecer en su cabeza otro tumor.
Leonardo no es un niño con mala suerte. Nadie nace con mala o buena fortuna. Estar en el mundo ya es un logro, y es una bendición que esté. Nadie sabe de donde salió el autismo que le diagnosticaron luego. Nunca hubo en la familia casos de autismo, pero él había llegado y debíamos afrontarlo.
Supe lo que significaba "autismo" realmente. Nadie se preocupa por cosas que no padece, y cuando entró en nuestras vidas tuvimos que aprender mucho.
Leonardo tiene la edad de mi sobrina Camila, los dos fueron creciendo juntos, y mientras Camila aprendía matemáticas en el segundo grado, Leonardo iba a sus clases en Asocenia. A veces mordía a los primos o dañaba sus juguetes. Ellos de algún modo siendo niños también aprendieron que no había malicia en lo que hacía.
Siempre pensé que detrás de un niño excepcional debe haber una madre mucho más excepcional. No quiero profundizar en esto pero creo que mucho faltó. Lo que nunca llegó a faltar fue amor, pues hay que armarse de paciencia para atender a un niño de su condición.
En segundos de descuido acababa con todo lo que estaba a su paso como un vendaval. Todo se lo llevaba a la boca y tampoco controlaba sus esfínteres. A veces ocurrían accidentes con esto, y no sólo se llenaba él, sino la pantalla del televisor, las paredes y lo que estuviera a su paso. Había que tener mucha paciencia.
Hoy, vive en Ciudad del Cabo, y quizás cualdo vuelva a verle ya sea un hombrecito. Pero... se fue sin saber que soy su tía.