GRIS
poema de OSCAR PORTELA
a Perla Sar
Abre tus manos y misericordiosa
recibe el gris de las cenizas de los sueños
convertidos en humo y da guarida a las
sombras que vienen desde Ítaca donde aún
se espera: nada más vacuo que la espera,
y la vida es espera sostenida en la nada
de soledad y espanto: abre tus manos,
urnas donde reposan fantasmas y agonías,
venenos y traiciones. No soy sino el gris
de las cenizas que el viento intenta
convertir en llama pero la sangre
de tus manos en mitad de la noche
y lo no consagrado por los deseos
del Olimpo, tomará de tus dedos
sangre y vida, agua de Castalia,
y tornarán cenizas a ser el simulacro
del amor y la daga que danza en
las venturas de Perseo.
poema de OSCAR PORTELA
a Perla Sar
Abre tus manos y misericordiosa
recibe el gris de las cenizas de los sueños
convertidos en humo y da guarida a las
sombras que vienen desde Ítaca donde aún
se espera: nada más vacuo que la espera,
y la vida es espera sostenida en la nada
de soledad y espanto: abre tus manos,
urnas donde reposan fantasmas y agonías,
venenos y traiciones. No soy sino el gris
de las cenizas que el viento intenta
convertir en llama pero la sangre
de tus manos en mitad de la noche
y lo no consagrado por los deseos
del Olimpo, tomará de tus dedos
sangre y vida, agua de Castalia,
y tornarán cenizas a ser el simulacro
del amor y la daga que danza en
las venturas de Perseo.